La pupila del ojo es una parte fundamental del ojo humano. Se encuentra en la parte central del iris, y es responsable de regular la cantidad de luz que entra a través de la córnea y la cámara posterior del ojo. La pupila del ojo, también conocida como la «ventana del alma», es el sitio donde la luz entra y es procesada para permitir que la retina reciba la información visual que necesita.
La pupila consiste en dos músculos, el dilatador y el esfínter, que controlan el tamaño de la abertura de la pupila. Este tamaño se puede modificar para permitir la entrada de diferentes cantidades de luz, lo que es especialmente importante en ambientes de poca luz o luz brillante.
La pupila es también responsable de regular la luz azul que entra en el ojo. Además, las pupilas están divididas en diferentes categorías según su tamaño, y puede ser un indicador de la salud ocular de una persona.
En este blog, hablaremos de la pupila, su función principal, cómo se abre y se cierra, los diferentes términos utilizados para describirla, y cómo su estado puede puede estar relacionado con la visión borrosa, la aparición de parpados caídos y el síndrome del ojo seco.
También veremos los casos en los que puede ser motivo de preocupación y los tratamientos disponibles. Sigue leyendo para descubrir todo lo que necesitas saber sobre la pupila del ojo y su papel fundamental en la función visual.
Índice
¿Qué es la pupila?
La pupila del ojo es una abertura o punto circular de color negro ubicada en el centro del iris, la parte coloreada del ojo humano. Es responsable de regular la cantidad de luz que entra al ojo y, por lo tanto, es esencial para nuestra visión. La pupila consiste en un músculo dilatador y un músculo esfínter, que trabajan juntos para dilatar y contraer la pupila según las condiciones de iluminación.
Lo normal es que ambas pupilas tengan del mismo tamaño, pero algunas personas pueden tener ambas pupilas diferentes en tamaño, lo que se conoce como anisocoria. En algunos casos, esto puede ser normal, pero en otros casos puede ser un signo de una enfermedad o lesión ocular.
Si nota una diferencia en el tamaño de sus pupilas (un tamaño desigual) o si los ojos parecen estar desalineados, debe buscar atención médica de inmediato.

Función de la pupila
El iris es dilatable y contráctil, lo que hace que con su diámetro pupilar o parte central del iris controle que la retina reciba la luz que necesita en el interior del ojo.
¿Por qué se dilata la pupila?
Si entra demasiada luz brillante por el centro del ojo se contrae (pupila contraída), por el contrario, si entra poca luz, es decir, en la oscuridad, se dilata (pupila dilatada).
La dilatación y la contracción de la pupila son controladas por el sistema nervioso autónomo a través de los nervios craneales y que éstos controlan a los músculos. (el esfinter y el dilatador).
Cuando hay poca luz, la pupila se dilata para permitir que más luz entre en el ojo. Cuando hay mucha luz, como ya hemos comentado antes, la pupila se contrae para reducir la cantidad de luz que entra.
Además, se pueden dilatar las pupilas en respuesta a ciertos estados de ánimo, como la excitación o el miedo.
La pupila reacciona también al enfocar objetos cercanos y lejanos. La acomodación es el proceso por el cual el cristalino del ojo cambia su forma para enfocar objetos cercanos y esto va unido con una dilatación o contracción pupilar.
Esto funciona gracias a las fibras musculares del globo ocular y del músculo ciliar, que cambian la forma del cristalino para enfocar los objetos.
Existen diversas causas que pueden afectar la pupila del ojo, desde enfermedades y lesiones oculares hasta el uso de medicamentos. La midriasis es el término médico para la dilatación de la pupila, mientras que la miosis es la contracción de la pupila.
Alteraciones que afectan a la pupila
Hay algunas alteraciones que afectan a la pupila que pueden ir desde un traumatismo ocular con alguna sección del nervio óptico hasta síndromes como el síndrome de Horner.
Una de las alteraciones puede ser la llamada pupila de Argyll Robertson que es una condición rara en la que la pupila no responde a la luz, pero sí se contrae en respuesta a la acomodación.
La pupila también puede verse afectada por el síndrome de Horner, una afección en la que el nervio motor del ojo está dañado o comprimido. Esto puede causar una pupila más pequeña en el ojo afectado, un párpado caído, visión doble y/o los ojos visiblemente mal alineados.
La parálisis del tercer par craneal también puede causar una pupila más grande en el ojo afectado y uno de los párpados caídos.
Diagnóstico de enfermedades
El examen ocular (ver el ojo) y la exploración de la pupila (movimientos pupilares) son parte de un examen de salud ocular completo. Los médicos suelen buscar cualquier signo de hemorragia cerebral o lesiones oculares viendo si cierra la pupila o abre la pupila.
Si se encuentra algún motivo de preocupación, se puede recomendar un tratamiento adecuado.
Gotas para dilatar la pupila

La pupila puede influirse mediante medicamentos, normalmente instilados mediante colirios, que sirven, en el caso del término de la dilatación para una mejor refracción o graduación del paciente o mejor observación del fondo de ojo.
Hay muchos tipos de medicamentos que pueden llegar a producir la dilatación de la pupila y otros muchos la contracción de ésta.
En resumen, la pupila del ojo es una parte esencial de nuestra visión y es responsable de regular la entrada de luz en el ojo. La dilatación y la contracción de la pupila está controlado por el sistema nervioso autónomo y pueden ser afectadas por diversas enfermedades y lesiones oculares. Un examen ocular regular puede ayudar a detectar cualquier problema con la pupila y garantizar un sistema visual saludable