Nevus conjuntival / Ojopedia

El nevus conjuntival, un crecimiento benigno de células pigmentadas en la membrana transparente que recubre la superficie del ojo, es una condición oftalmológica que ha despertado interés debido a su prevalencia y potencial transformación maligna.

Aunque en muchos casos el nevus conjuntival es asintomático y pasa desapercibido, su detección y manejo adecuados son fundamentales para evitar complicaciones graves.

En este artículo, exploraremos las características anatómicas del nevus conjuntival, sus posibles causas, los síntomas que pueden acompañarlo y la importancia de diferenciarlo de otras patologías similares.

Además, analizaremos las diversas opciones de tratamiento disponibles, desde la observación vigilante hasta la intervención quirúrgica, con el objetivo de proporcionar una guía integral para el manejo clínico de esta condición ocular común.

¿Qué es el nevus conjuntival?

El nevus conjuntival es un crecimiento benigno de células pigmentadas en la conjuntiva, que es la membrana transparente que recubre la parte blanca del ojo. Aunque generalmente son inofensivos, pueden requerir seguimiento regular para detectar cambios que podrían indicar un posible cáncer ocular.

Descripción anatómica del nevus conjuntival

El nevus conjuntival se encuentra en la conjuntiva, que es una membrana delgada y transparente que recubre la superficie del ojo y la parte interna de los párpados.

Esta lesión benigna consiste en una acumulación de células pigmentadas que pueden variar en color, desde marrón claro hasta negro, y en tamaño, desde pequeñas manchas hasta lesiones más grandes y elevadas.

Pueden localizarse en cualquier parte de la conjuntiva y pueden estar presentes desde el nacimiento o desarrollarse más tarde en la vida.

Es importante monitorearlos para detectar cualquier cambio en su tamaño, forma o coloración, ya que esto podría indicar una transformación maligna.

Nevus conjuntival

Prevalencia en el mundo

La prevalencia exacta del nevus conjuntival en todo el mundo no está claramente establecida debido a la falta de estudios epidemiológicos exhaustivos.

Sin embargo, se estima que estos nevus son bastante comunes, aunque su incidencia exacta varía según la población y la región geográfica.

Se considera que son más frecuentes en personas de raza blanca y en aquellas que viven en áreas con altos niveles de exposición solar.

Causas del nevus conjuntival

Las causas exactas del nevus conjuntival no están completamente comprendidas, pero se cree que pueden estar relacionadas con factores genéticos y exposición solar.

Algunos estudios sugieren que la predisposición genética puede jugar un papel en el desarrollo de nevus en la conjuntiva.

Además, la exposición prolongada a la luz ultravioleta del sol también se ha asociado con un mayor riesgo de desarrollar nevus conjuntivales.

Sin embargo, la comprensión completa de las causas subyacentes aún está en investigación.

Síntomas del nevus conjuntival

Por lo general, el nevus conjuntival es asintomático y puede pasar desapercibido hasta que se descubre durante un examen ocular de rutina.

Sin embargo, en algunos casos, especialmente si el nevus es grande o irrita la superficie del ojo, puede causar síntomas como enrojecimiento, sensación de cuerpo extraño, lagrimeo o visión borrosa.

Si experimentas alguno de estos síntomas, es importante que consultes a un oftalmólogo para una evaluación adecuada.

Diferenciación del nevus con otras patologías similares

Es fundamental diferenciar el nevus conjuntival de otras condiciones o lesiones similares que pueden afectar la conjuntiva. Algunas de estas incluyen:

Pterigion

+ Pterigión: Una masa carnosa que crece en la conjuntiva y puede invadir la córnea.

Pingueculitis

+ Pingüécula: Una protuberancia amarillenta o blanquecina en la conjuntiva, generalmente cerca del limbo.

Melanoma conjuntival

+ Melanoma conjuntival: Un cáncer ocular que se desarrolla a partir de las células pigmentadas de la conjuntiva.

Granuloma piogeno

+ Granuloma piógeno: Una lesión benigna que puede desarrollarse en respuesta a la irritación crónica o el trauma en la conjuntiva.

Para diferenciar estas condiciones, se pueden realizar exámenes oftalmológicos, como la evaluación con lámpara de hendidura, la evaluación de la morfología y el patrón de crecimiento de la lesión, así como la biopsia en caso necesario para confirmar el diagnóstico. Es importante que cualquier cambio en la apariencia o los síntomas sea evaluado por un oftalmólogo para un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado.

Tratamiento del nevus conjuntival

El tratamiento del nevus conjuntival depende de varios factores, incluyendo el tamaño, la ubicación y el riesgo de transformación maligna.

En muchos casos, especialmente cuando el nevus es pequeño y no causa síntomas, se puede optar por simplemente monitorearlo regularmente para detectar cambios.

Sin embargo, si el nevus es grande, causa molestias o existe preocupación por su posible malignización, se pueden considerar las siguientes opciones de tratamiento:

+ Resección quirúrgica: La extirpación quirúrgica del nevus conjuntival puede ser necesaria en algunos casos, especialmente si hay signos de transformación maligna o si el nevus es grande y está causando síntomas.

+ Crioterapia: La crioterapia, que implica congelar el nevus con nitrógeno líquido, puede ser una opción para lesiones pequeñas y superficiales.

+ Terapia láser: En algunos casos, se puede utilizar terapia láser para tratar nevus conjuntivales, especialmente aquellos que son más superficiales.

+ Observación: En casos de nevus pequeños y estables, se puede optar por simplemente observar el crecimiento y los cambios en la lesión con exámenes oftalmológicos regulares.

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